jueves, 15 de septiembre de 2011

Play de honor

Muchos avispados lectores de este blog, si es que los hay (muchos, digo, no avispados), se habrán percatado de que el título y la esencia del mismo es un homenaje a Fernando Iwasaki y su libro de crónicas futbolísticas de la campaña de fútbol 1993-1994 titulado “El sentimiento trágico de la Liga”. Sin embargo, existen ciertas diferencias: al leer hoy (15 de Septiembre de 2011) referencias concretísimas a Butragueño, Koeman, Juanele, Claudio Barragán, Benito Floro o Salenko, es preciso contar con un estilo narrativo tan brillante como el del autor peruano para que su prosa permita que los hechos no queden sepultados entre la indiferencia propia de la anécdota anticuada, la reserva al chiste pasado de moda, el bostezo de la batallita repetida.
Por eso, servidora, que no es tan tonto como para no saber que, desde luego, no escribe tan bien como Iwasaki, intenta cerrarse menos a la concreción y la actualidad, confiando en la vigencia del subjetivismo quejoso y lastimero (porque nunca pasará de moda quejarse).
Además, y esta es otra diferencia, parte de una concepción diferente: el sentido trágico de la liga, lo entiendo como la interpretación de la tabla de resultados en clave personal, como si cada árbitro, fallo defensivo, venta inexplicable de jugador bandera, correspondiera a una venganza intransferible que, pese a que puede haber daños colaterales, está dirigida realmente solo a ti y a mí, querido lector, que somos los únicos que así lo interpretamos.
En otras palabras, espero que menos pedantes, se trata simplemente del viejo truco de aprovechar una excusa sobre algo que no tiene nada que ver para soltar la mierda que llevas dentro. Eso sí, sin perder nunca el humor, la distancia y la burla autoconsciente que jamás debieran separarse del relato de la tragedia.
Sin embargo, Fernando Iwasaki da otra explicación al signifcado de su libro en el brillantísimo prólogo que lo abre y, así, otra entrada nos ayuda a incluir un club más en esta terna existencial o sentimental pero siempre trágica que espero que compartamos jornada a jornada:
Como el fútbol no es tolerante con la neutralidad y los prólogos sí lo son con las confidencias, debo decir que desde muy pequeños los peruanos aprendemos a resignarnos a no ganar nunca, pero al menos tenemos la certeza de perder jugando bonito. Con esa vivencia agónica del fútbols no era posible ser madridista o culé, sevillista o colchonero, y por eso profesé el beticismo, pues sólo un bético es capaz de intuir el sentimiento trágico de la Liga.

2 comentarios:

  1. Los hay bastantes, de lectores.

    Y aunque como dices no estemos realmente en 20011, tambien les va eso de avispados.


    Los mas importante es el humor, mientras no se pierda, todo va bien ;)

    Saludos y sonrisas de papel

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  2. Siempre puntualizando... ;)
    El humor no se va a perder en este blog... al menos en las entradas, que los comentarios van por libre.
    Un saludo

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