lunes, 2 de enero de 2012

Da asco tener calidad

Hace nueve años gané el segundo premio en el Certamen de Cuentos de Fútbol organizado por la Liga de Fútbol Profesional con un relato llamado El último regate que, por ahora, no he publicado por estar repleto de sonrojantes pecados narrativos adolescentes y todavía no he corregido por no haber sido capaz de superarlos.

Sin embargo, y esto me sirve para hacer propósito de enmienda, antes o después lo publicaré por aquí, completo o por entregas. Si os molesto ahora, aparte de para felicitar al año a los pocos fieles que sigan entrando y desilusionándose ante la falta de actualizaciones, es para desvelar que aquel cuento no pretendía más que ser un homenaje a Onésimo, un futbolista genial que ahora ha evolucionado a entrenador y personaje curioso y que, realmente, se homenajee casi mejor él mismo. Incide también en veniales pecados adolescentes como la hipérbole, la egolatría o la autoparodia (voluntaria o no) pero hay que reconocer que lo hace con más gracia que yo:



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